jueves, 10 de noviembre de 2011

Ahora te comprendo… Peñaflor es algo más

Aunque he tenido la suerte de no tener que salir de nuestro país en busca de algo mejor, cuando este año he tenido que vivir fuera de nuestro pueblo, algo dentro de mí decía que me faltaba algo, pese a haber vivido experiencias inolvidables, conocido gente inigualable y haber trabajado en lo que era y es mi sueño. Pero a pesar de todo ello el cordón umbilical que me une a la madre tierra, a “la nuestra”, hace que sienta nostalgia cada vez que tenía que coger el tren o el coche para vivir fuera, aunque fuese por unas semanas.
Ahora comprendo a todos los que emigrasteis fuera: Francia y Cataluña sobre todo cuando llegáis en verano los que podéis ansiosos de un “atracón” de Peñaflor, un cachito de nuestro paraíso emocional al año, aunque sacrifiquemos cosas.
Pero es que nuestro pueblo nos tira, nos llama, como aquel salmón que el día que nace desciende hasta el mar, pero que cuando le llega la hora de dar el paso más importante en su vida regresa hasta el mismo lugar que lo vio por primera vez, como queriéndoselo regalar a sus hijos, enseñándoles que aquellas piedras y aquellas aguas son el mayor regalo…
Ahora comprendo a los temporeros que van a trabajar fuera sin más remedio y buscan en la tele un pedacito de sur, un acento, cualquier detalle que rememore el lugar que tanto quieren. Aquellos que quizás se encuentren un día con alguien del pueblo con quien apenas había hablado antes, pero que fuera de Peñaflor lo consideras como un hermano…
Ahora comprendo porque se nos cambia la cara cuando pasamos de Despeñaperros como una máscara de nuestra alma. Ahora comprendo…
Y un día en Tarifa, que aunque es de Andalucía, como cualquier otro lugar de las ocho provincias, sigue sin ser mi pueblo, me encontré con una compañera de Palma del Río y la consideré como algo más cercana que los demás, porque nos delató el acento y porque comentaba a otra compañera sobre nuestra identidad, nuestras fuertes raíces, nuestras ansias de hablar de nuestro Pueblo: algo que nos parece natural pero que no todos compartimos… porque ser de aquí es algo más, e igual que muchos dicen sentirse de cualquier parte y de ninguna, nosotros nos llenamos la boca de nuestro pueblo aunque al llegar aquí le quitemos importancia. Pero es que ser peñaflorense ha sido y será siempre un sentimiento especial que va desde llevar con nosotros una imagen de nuestra patrona hasta sentir esa luz especial de nuestras calles que no existe en otro lugar de la tierra… y a medida que pasa el tiempo somos más conscientes de ello. Jóvenes y mayores cuando nos vamos, solo pensamos en el día de vuelta y soñamos con un trabajo que nos deje quedarnos (bastante difícil hoy por hoy) una casita donde vivir eso de ser “cuco” y cuando nos llegue el día de la jubilación tener todo el día para pasear por sus adoquinadas calles y en un instante poder deleitarse con el Guadalquivir o Almenara, a el encinar, la vega o la sierra… pero sobre todo sentirse en paz porque estamos donde queremos estar, donde queremos que sigan los nuestros y después que nos “vayamos” el cuerpo sea parte de esta tierra y alma se sienta plena, porque el mejor lugar del mundo es España; lo mejor de España Andalucía, la mejor de Andalucía Sevilla y lo mejor de Sevilla, mi pueblo. ¿Ahora comprendes?